COMO SI HUBIERA ALGUNA MANERA DE QUE YO PUDIERA ESTAR SIN NECESITARTE.

domingo, 11 de junio de 2017

Copulativos.

Porque no somos, éramos.
Éramos como la primera gota de lluvia después de meses de sequía.
Podíamos traer a la primavera por adelantado después de cada mirada, y qué bonito haber sido capaz de reflejarme en tus ojos.
Porque el miedo ha podido con nuestras ganas, y qué ganas tenía de demostrarte que sólo arriesgando podíamos ganar.
Lástima no haber sido yo tu mayor victoria, y sólo ser una parte incompleta de todos tus fracasos.
Ahora cada calle por la que jamás pasamos me recuerda a todos los besos que no podré darte en esas esquinas.
Duele más el recuerdo de lo que no va a poder ser, que de todo aquello que no volverá.
Que el problema no fuiste tú, ni si quiera fui yo.
El problema fue no ser tú, no ser yo.
Vaya dos imbéciles jugando a quererse, apostándolo todo por dos personas que ya no existen.
He cambiado tanto que me doy miedo, tanto, que no te conozco.
Dime, amor, como puedo dejar la inseguridad atrás y apostar de nuevo.
Que me recorren más los miedos que tus dedos, me traspasan más las dudas que tu mirada.
Prometo, que no habrán más promesas, que me voy a traer de vuelta, y entonces iré a buscarte.
Porque sólo yo soy capaz de saber qué merece la pena, y te aseguro, que para pena una vida sin tu aliento.
Vamos a dejarnos llevar, vamos a perdernos un poquito más, que total, puestos a encontrarnos, que sea mágico.
Como el primer rayo de luz después de meses de tormenta.
Porque no somos, éramos, pero podemos ser.

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