COMO SI HUBIERA ALGUNA MANERA DE QUE YO PUDIERA ESTAR SIN NECESITARTE.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Todo empieza, todo a medias.

Hace unos días, exactamente doce, empezó este nuevo mes que le recuerda tanto a él. En verdad no hay momento que no piense en él, pero este septiembre con más razón aún.
Ha estado tanto tiempo oculta que ya no se acuerda de como sienta el primer rayo de luz por la mañana, o ir en busca de un buen helado a las tantas de la madrugada. 
Está acabando algo que sabe que le va a destrozar por dentro, porque algo nuevo empieza al mismo tiempo.
Empiezan las inseguridades, la desconfianza, el sueño -más de lo habitual-, el cansancio, el no poder con todo, el perder las ganas de seguir. 
Pero sobre todo, encuentra mil cosas más, encuentra amor, amistad, suerte -aunque sea un poco- encuentra las ganas que había perdido, esas que él se llevó, y las encuentra porque él vuelve. Vuelve en forma de chicle de menta a las ocho de la mañana, en forma de buenas noches a las tantas, en besos de despedida y en miradas perdidas. 
Jamás encontró la respuesta de las miles de preguntas que tenía, tampoco pudo terminar de ponerles el último interrogante, eran cada vez más y tan largas... 
Y ahora junto con Septiembre llega él, y se plantea la única pregunta que tenía clara desde el principio ¿Y ahora qué? 
Los recuerdos ya no duelen, pero se recrean constantemente en su cabeza, se la machaca pensando en que tal vez, en realidad, nada sucedió.
Pero todo era tan real -él es tan real-.
Vuelve, vuelve allí donde solían gritar, y grita, grita que lo echa de menos. 
Porque las palabras dichas al viento siempre duelen menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario