¿Año nuevo, vida nueva?

No, yo creo que no.
Además yo no quiero eso, sigo pensando que esa es una de las formas más ridículas de decir voy a olvidar este año, y lo voy a dejar todo atrás.
La gente no suele pararse a pensar en los buenos momentos, y siempre salen a relucir los peores, es como una pequeña forma de autodefensa, como pensar inconscientemente que peor de lo que ha sido este año, no va a serlo el próximo.
¿Quien sabe?
Te acordarás de tu primera lágrima del año que has dejado atrás, de la primera bronca con tus padres, del primer abrazo de un amigo, del primer te quiero de todo el año, del primer beso, y su sabor.
Claro que te acuerdas, puede que sea difícil recordarlo, pero ¿acaso no es mejor así?
Eso significa que algo nuevo empieza, y que es eso lo que ocupa toda tu mente, el hacerlo bien, el empezar bien, el que todo sea perfecto, aun sabiendo que va a ser imposible.
Si lo piensas todos los años son iguales, desamores, amores, lágrimas, risas, fiestas, parque, los no me vuelvas a hablar, y los mucho que te necesito..
Son diferentes personas, diferentes momentos, y aun así todo va a ser lo mismo, solo que con algunas personas y en momentos señalados te dolerá más.
Pensar que hoy es el segundo día de trescientos sesenta y cinco, y que muchas personas ya dicen lo asqueroso que va a ser este año me da risa.
Yo tengo muy claro, que no va a ser el mejor, y que dentro de trescientos sesenta y tres días tampoco será el mejor año, ninguno va a ser mejor que  otro.
Pero los momentos, las personas, todo y cada uno de los detalles, marcan la diferencia entre lo bueno, y lo no tan bueno, pero mal, mal año no hay ninguno.
O si no piensa en el primer beso del año, con quien fue, y el te quiero que te dijo, y date cuenta de la sonrisa de tonta que se te pone.