Está feliz, anda pegando saltos por la calle y juega con su pelo a la vez, sigue con sus chicles de menta y sus canciones de amor sin ningún significado, con sus torpes chistes y sus sonrisas burlonas, con sus ganas de ir dando abrazos a cualquiera que se le cruce, con más besos descontrolados que rayos de sol, con más ganas de cantar y bailar que aire que respira, odiando cada vez que no siente lo pies y enamorándose cuando el termómetro baja un grado más, queriendo vivir la vida sin echarle de menos.
Y entonces, una mañana, sin saber decir un por qué, queriendo olvidar y sin dejar de recordar, sin sus besos en la oreja, sin sus caricias por la nuca, sin pedirle que se quede un poco más, sin las ojeras a la mañana siguiente después de una noche hasta las tantas hablando con él, sin que le robe besos que ya eran suyos, después de 365 días sin justificar por qué le ha querido tanto, después de que haya pasado un año y ella siga estancada sin saber que es lo que quiere, y el por qué de tanto cambio, después de tanto tiempo aparentando que ya estaba todo olvidado, los recuerdos le vuelven más fuertes que nunca, y ella se siente igual de débil que siempre.
Esto te pasa por ocultarlo tanto tiempo, valiente. Se repite para sí misma.
Esto te pasa por dejarte ilusionar con un par de te quiero's.
Y cuando él se le acerca, como antes, como siempre, y la agarra de la cintura ella no puede evitar echarse hacia atrás, ya no ve en él esa felicidad que tanto le hacía sentir, ya no le saca las mayores sonrisas.
El dolor le ganó ese pulso a su risa.
Sin embargo mírala, cumple ese siempre que te prometió, va a estar ahí siempre que la necesites, con sus ojos verdes, su pelo sin arreglo, sus pantalones viejos y sus converse desgastadas.
http://www.youtube.com/watch?v=yTRmbLOw8xo
Porque él no es lo que quiere, pero sí todo lo que necesita.
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