COMO SI HUBIERA ALGUNA MANERA DE QUE YO PUDIERA ESTAR SIN NECESITARTE.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Los sentimientos se quedan a un lado.

-¿Puedo hacerte una pregunta?
+Dispara-dijo con esa sonrisa que llevaba asomando poco a poco esa semana.
-Me asustas, estas muy feliz últimamente y ya apenas me hablas de él, ¿le has olvidado?
Su cara cambió completamente, miró al suelo, lanzó un largo suspiro, la volvió a mirar y sonrió de nuevo, falsamente.
+No lo sé, ha pasado mucho tiempo, y no tengo nada claro, creo que lo mejor es que así sea y hacerme a la idea de que no puede ser, creo que debo empezar ya con la operación olvido.
-Si lo sabes, yo lo sé, y todos lo saben, todos menos él, aun no se ha dado cuenta de que le querrás más que nadie, de todo lo que has hecho por no perderle, aún no se ha dado cuenta, pero lo hará.
+No lo hará, sabemos muy bien que él no es capaz de mirar más allá del físico.- La miró como siempre, pensando en lo tonta que podía llegar a ser cuando hablaba de él, en como se echaba las culpas de que, todo aquello que no sucedió se acabara tan deprisa.
-Se dará cuenta tarde de lo mucho que vales, de que te necesita, y tú mejor que nadie sabes que te quiso, que lo hizo con locura, y a más no poder, no se dio cuenta, y tu tampoco, fue un amor inocente por parte de los dos.
+Por parte de los dos no, por que aquí estoy yo, con la misma ilusión que hace unos meses, esperando a que venga por detrás y me abrace como si no hubiese mañana.
-Llegará el día en el que tenga unas ganas tremendas de hacerlo y tú ya no estés, llegará el día en el que el también sufra por ti.
+No llegará, sabe que siempre voy a estar ahí, que yo jamás olvidaré cada uno de sus te quiero, las dos sabemos que nada más se importa él mismo.
Una lágrima recorrió su mejilla, una lágrima presa del arrepentimiento.
-¿Le quieres demasiado no?
Dudó, no supo que contestar.
 Pienso que cuando alguien duda en esa clase de preguntas, los sentimientos se han dejado aun lado.
+No le he olvidado y supongo que quererle, ya es costumbre.
Se dio cuenta de lo mucho que necesitaba un abrazo; y entre las lágrimas que caían por el miedo a haberle pedido para siempre, un silencio que se podía escuchar mas lejos de aquellas cuatro paredes.
 Abrió los brazos y la empujó contra su pecho.




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