COMO SI HUBIERA ALGUNA MANERA DE QUE YO PUDIERA ESTAR SIN NECESITARTE.

jueves, 27 de marzo de 2014

27-1

Todo el mundo está empeñado en encontrar a su media naranja. El compartir con alguien lo que le quede de vida. No se paran a pensar en las consecuencias, en todo lo que implica eso.
La poca libertad que te quedaría, la falta de intimidad, el no poder ir de noche en noche perdiéndote en miles de labios con cigarros, o en miles de camas dejando tu olor en sábanas ajenas.
Se preocupan de encontrar su amor verdadero, creyendo que está a la vuelta de la esquina, probando suerte con el primero que pasa, que si no, en la siguiente vuelta habrá alguien, también dispuesto a probar suerte.
Yo creo que de esos amores que te dejan huella sólo es posible toparte con él una vez.
Quien sabe, al igual estás en una discoteca y te topas con el amor de tu vida al salir del baño, y no te das ni cuenta.
Que joder, hoy en día conocemos a nuestras parejas por redes sociales,  y no porque estén leyendo un buen libro en una tarde con mucho sol en el parque que hace esquina, o porque se pidan el mismo café que tú todas las mañanas en el mismo bar y a la misma hora que pasas para leer el periódico.
Que buscamos amores de película, de los que se aparecen en tu casa sin avisar y se recorren medio mundo por ti y por tus ojos.
De los que son capaces de gritar te quiero sin importar nada ni nadie...
Y no nos damos cuenta de que tenemos toda la vida por delante para poder hacer mucho más que en dos horas de algo más que ensayado.
Que podemos esperar perfectamente al amor de nuestra vida en una parada de autobuses y que venga en bici pidiendo a gritos un beso para calmarse la sed.
Que sí, que tendremos que compartir nuestros malos y buenos momentos con alguien, pero yo que sé, el amor de nuestra vida no aparece tan fácilmente... tal vez, ni si quiera exista.
Prefiero amores de momentos.
O de infinitos, quien sabe.

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