COMO SI HUBIERA ALGUNA MANERA DE QUE YO PUDIERA ESTAR SIN NECESITARTE.

sábado, 23 de junio de 2012

Es el momento de sentir la dulce libertad.

Tengo unas ganas enormes de comerme el mundo, de gritar de reír, de soñar y bailar hasta que los pies estén totalmente planos.
Sol, calor, verano, playa, arena, diversión.
Que ya era hora, después de tanto tiempo escondida bajo la almohada, después de no ser quien siempre he sido, después de un capricho, me toca vivir, me toca ser feliz, aun que solo sean tres meses.
Que las ganas de ti se me han ido por donde vinieron, y ahora solo tengo ganas de disfrutar, de comer a besos a las personas que quiero, de tirarme a la piscina encima de otra persona, tengo ganas de correr cuesta abajo, deprisa y sin freno de mano, y sin miedo, sin preocupaciones, sin el pensamiento de que voy a caer, que voy a tropezar, que esto de ir a mil por hora no tiene que ser bueno, que una vez tan arriba solo queda bajar.
No, no voy a pensar eso, no merece la pena, si tengo que caer pues caigo, será una caída tonta, una de esas en las que te haces daño, y aun así estás en el suelo riendo sin parar, por que lo de llorar ya está demasiado visto.
He aprendido que estar mal por mañaquerías no sirve de nada, mejor ser feliz haciendo la payasa, que cuesta menos, se vive mejor y sin duda,  es lo que más echo en falta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario