COMO SI HUBIERA ALGUNA MANERA DE QUE YO PUDIERA ESTAR SIN NECESITARTE.

viernes, 23 de marzo de 2012

El último empujón.

Te hace daño poco a poco, casi sin saberlo, sin querer, sin darse cuenta de lo importante que es.
Tal vez, solo te utilice, no te quiera, solo seas importante una vez, con suerte dos, y ya está, no existirás, no serás nada, te tendrá de repuesto, como una pieza de cambio, para el final, de lo último.
Dirás que pasas, que no te importa, que te da igual; cierto, no mientes, te dará igual todo hasta el momento en el que te mire y te sonría, si, esa puta sonrisa, esa gilipollez tan grande, tan falsa, te hará caer otra vez, igual que al principio.
Dependiendo de quien sabe qué, sin ser tú, ser nada ni nadie.
Querrás salir, volver al mundo en la que tu eres dueña de tus actos, en el que sabes por que haces las cosas.
Lo estarás consiguiendo, cuando entonces, entonces, todo se acabó, la jodió bien; dijo la mentira más grande que jamás haya escuchado.
Se acercará a ti, poco a poco, despacio, te agarrará de la cintura, ese sitio que tanto odias que te toquen, por que el te agarren, te gustará, te encantará y no podrás parar de sonreír.
Lentamente se irá acercando a tu oído y con un susurro, pronunciado poco a poco, con suavidad, con delicadeza, como su fuese frágil aquello que fuese a decir, como si se pudiese romper en cualquier momento, se le escapará un falso "te quiero" y ese será el último empujón que faltaba, para caer aun mas hondo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario